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martes, 17 de abril de 2018

La mujer en la ventana. A. J. Finn

La mujer en la ventana

A.J. Finn

A. J. Finn es el seudónimo de Dan Mallory, un editor que se ha lanzado a escribir ésta su primera novela que ha tenido bastante éxito. La escribió (como confiesa en una entrevista que le hicieron en "eldiario.es") después que fuera diagnosticado de un trastorno bipolar con el que sufrió bastante y cayó en depresión.
Tras superarlo decidió escribir sobre un trastorno diferente pero igualmente inhabilitante: la agarofobia. El miedo a los espacios abiertos.

¿De qué va la novela?. Seguro que recuerdan "La ventana indiscreta" de Alfred Hitchcock. En ella James Stewart está inmovilizado en su casa por culpa de un accidente en una pierna y pasa su abrumador ocio espiando los vecinos por la ventana. Primer punto de referencia. También recordarán "Sola en la oscuridad" en la que la maravillosa Audrey Hepburn con su ceguera nos mantenía en tensión durante la hora y tres cuartos de la película. Segunda referencia. Más recientemente, en 2013, pudimos ver "La mejor oferta" de en la que Sylvia Hoeks sufre de agorofobia. Esta referencia cinematográfica se acerca más a la novela de Finn que, por cierto, tiene todos los números para convertirse en un guión de un thriller.

Pero vayamos al grano. Ann Fox, una psicóloga de niños y adolescentes, hace diez meses que vive encerrada sola en un caserón enorme. Sufre de miedo a los espacios abiertos. Miedo que, en cuanto sale de casa, se transforma en pánico y éste en pérdida de conciencia. Por eso no sale. Ni siquiera a una terraza selvática que tiene en el ático o al jardín trasero de su casa.

Se entretiene espiando a los vecinos de su calle. Lo sabe prácticamente todo de ellos. Y no se limita a observarlos, sino que también los fotografía. Una buena cámara tiene un visor tan potente o más que unos buenos prismáticos.

Su segunda afición son las botellas de Merlot. Puede traginarse hasta tres o cuatro al día mezclandolas aleatoriamente con pastillas antidepresivas, hipnóticas y de todo tipo.

La tercera afición son las películas en blanco y negro. Hay numerosísimas referencias a algunas bien conocidas. Finn sabe de lo que habla.

La combinación de estas aficiones es fatal cuando has de convencer a alguien de que has visto o has oído algo que no deberías haber visto u oído. Y más cuando su psiquiatra sabe que diariamente hablas con tu marido y tu hija que murieron en un accidente que fue el desencadenante de todo.

El thriller está servido a partir del momento en que Anna ve por la ventana como alguien asesina a su vecina.

Es una novela trepidante que te interesa desde el principio, Las tres referencias cinematográficas que he escrito al principio de esta referencia, también nacieron primero como novelas de misterio. Y es que ha de ser muy difícil mantener la atención del lector o del espectador cuando el protagonista está limitado o impedido. Hay que echar mano de todos los recursos y Finn lo hace bastante bien.

¿Pegas?. No siempre mantiene el ritmo. Sobran un 30 % de páginas que, de suprimirse, mejorarían bastante la lectura que, a veces, pesa un poco.



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