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domingo, 28 de diciembre de 2014

El Nadador. Joakim Zander. (101)

El Nadador

Joakim Zander
Suma de letras.



Una tórrida noche en Damasco a principios de los años ochenta. Un agente estadounidense abandona a su bebé a un destino incierto, una traición que jamás se perdonará y que será el comienzo de una huida de sí mismo. Hasta que ya no se pueda esconder de la verdad. Hasta que se vea obligado a tomar una decisión crucial.
Treinta años después, Klara Walldéen, una joven sueca que trabaja en el Parlamento Europeo de Bruselas, se ve envuelta en una trama de espionaje a nivel internacional en la que está implicado su antiguo amante y exmiembro de las fuerzas especiales del ejército sueco, Mahmoud Shammosh. De la noche a la mañana, Klara y Mahmoud se convierten en el objetivo de una cacería que se desarrolla por la Europa invernal, un mundo donde las fronteras entre países se han vuelto igual de borrosas que la línea que separa a aliado y enemigo, verdad y mentira, pasado y presente.
El nadador es una novela de intriga que habla de deudas y desagravios. De la importancia y el peso del pasado. Y de que, al final, nunca puedes escapar de la persona que eres.



Con un vistazo a algunas opiniones (bastante laudatorias) de la prensa extranjera seleccionadas por la editorial, podrán hacerse una idea de este “best seller”-

«La novela debut de Joakim Zander está repleta de acción vertiginosa y cargada de adrenalina… El nadador es uno de nuestros libros favoritos del año.»
Magasinet Paragraf

«El nadador está bien escrito y resulta increíblemente emocionante, pero su fuerza reside también en un reparto de personajes cuidadosamente representados y en su capacidad para evitar la predictibilidad de este género.»
Skånska Dagbladet

«Joakim Zander tiene una buena historia que contar, una historia que aborda cuestiones morales así como los remordimientos y la expiación, la culpabilidad y la venganza… Como debut El nadador es impresionante.»
Borås Tidning

«Está tan elegantemente construida que, mientras la leía, tuve que volver a comprobar que realmente era una primera novela lo que tenía en la mano… Y no es solo la trama lo que resulta tan convincente, el lenguaje de El nadador es igual de potente.»
Göteborgs-Posten

«Esta novela tiene todos los ingredientes acertados para fascinar al lector global: el Parlamento Europeo y las embajadas americanas, Irak, Afganistán y Damasco, flashbacks a la década de 1980 y la decadencia de los servicios de inteligencia contemporáneos, mezclados con un padre incapaz de olvidar a su hija y viceversa… Las relaciones entre los personajes, hábilmente trazadas, crean una danza explosiva y emocionante en la que la precisión en los detalles y un lenguaje completamente libre de clichés sugieren que el autor debutante Joakim Zander sabe perfectamente sobre lo que está escribiendo.»
Il Giornale


Joakim Zander, nacido en 1975, vive con su familia en Helsinki, donde ejerce como jurista para la Unión Europea.
Durante diez años ha trabajado en Bruselas para varias instituciones europeas y está doctorado en Derecho por la Universidad de Maastricht.
  

Como ven, todos destacan que se trata de un autor novel. Y es que lo primero que sorprende al lector es que una novela tan compleja y moderna (la acción finaliza en abril de 2014) sea una primera obra.
Lo que dicen estos periódicos es cierto en líneas generales. Es una novela de espionaje de un nuevo cuño (el centro es Bruselas, el Parlamento Europeo) que se lee de un tirón y tiene un ritmo trepitante. Es como si estuvieras viendo una película.
Por contra me han rechinado un poco las escenas de acción finales y el papel poco creíble del personaje de George.

Dicho lo anterior, puedo gatantizarles una lectura entretenida sin tener que comerse el coco.


jueves, 25 de diciembre de 2014

Me desperté temprano y saqué al perro. Kate Atkinson (100)

Me desperté temprano  y saqué al perro

 Kate Atķinson
Lumen




Hay días en que ciertas decisiones se imponen sin pedir permiso: Tracy Waterhouse, una mujer de mediana edad con unos kilos de más y muchas ilusiones de menos, paseaba distraída por un centro comercial de la ciudad de Leeds, intentando decidir qué galletas comprar para dar un poco de color a su cena solitaria, cuando vio a una niña corriendo, arrastrada de la mano de una prostituta conocida en el barrio. De repente, Tracy supo que compraría algo más que galletas: al poco rato, la niña estaba en su coche y desde entonces la vida ha sido para ella un ir y venir de emociones desconocidas. Tracy confiaba en que nadie sería testigo de ese extraño negocio, pero Jackson Brodie, recién llegado a Inglaterra para resolver un caso de falsa identidad, entra en escena: sus dotes de gran investigador y de hombre deliciosamente imperfecto van a convertir una trama policial en una historia donde las cuestiones morales son las que importan. 



La verdad es que elegí este libro por lo llamativo del título sin saber nada ni de la autora ni del contenido. Un ejemplo más de lo importante que es elegir bien el título de un libro.
Cuando empecé a leerlo me interesé por la autora y cómo escribió el libro. Les sugiero que lean la reseña que en su día hizo las páginas culturales de “El País”. La encontrarán aquí.

El planteamiento del inicio es interesante: cómo en un segundo, en el que (como se dice vulgarmente) "se te va la pinza", puedes cambiar el resto de tu vida, para bien y para mal. O como dice la autora "La justicia no siempre coincide con lo que debería ser justo". Porque (y ahí está lo que es interesante para mí) este momento de locura o de sin sentido tiene unas raíces, unas causas ocultas en lo más profundo de la mente. No es un simple cortocircuito neuronal. Tracy Waterhouse compra una niña a una prostituta por alguna razón, aunque ella misma no sea consciente de ello.


Al leer el inicio de la novela, en la que se hace la descripción física y psicológica de los personajes, uno tiene la impresión de que se halla ante una serie de seres humanos bastante perdidos, que navegan por la vida sin un norte establecido, con un pasado detestable y un futuro de lo más sombrío. Sus aspectos físicos no siempre se corresponden con el concepto que ellos mismo se tienen de sí.

Cuando Tracy estaba en la policía, sus compañeros en el cuerpo —hombres y mujeres— daban por hecho que era lesbiana. Ahora tenía más de cincuenta años, y tiempo atrás, cuando entró en la policía de Yorkshire del Oeste como cadete novata, había que ser un chico más para apañárselas. Por desgracia, una vez habías establecido que eras una arpía dura de pelar, se hacía difícil admitir que llevabas dentro una mujer dulce y tierna. De todas formas, ¿por qué iba a querer nadie admitir algo así?

Cuando aceptó el empleo en el centro comercial Merrion se dijo que era «borrón y cuenta nueva» e hizo algunos cambios: no solo se mudó de casa sino que también se depiló el bigote, se dejó crecer el pelo para tener un aspecto más dulce, se compró blusas con lazos y botones de perla y zapatos con un poquito de tacón para llevarlos con el consabido traje chaqueta negro. No funcionó, por supuesto. Fue consciente de que, con o sin vales para el balneario, la gente seguía considerándola una tipa vieja, hombruna y mandona.”

La septuagenaria actriz secundaria de folletones televisivos, Matilda Tilly, padece de una serie de problemas físicos y mentales que cree conocer bien: su miopía, su creciente falta de memoria o su soledad. Pero, por lo visto, desconoce otros:
“Hacía poco, había empezado a advertir toda una serie de objetos que aparecían de pronto en su bolso: llaveros, sacapuntas, tenedores y cuchillos, posavasos. No tenía ni idea de cómo habían ido a parar ahí. ¡El día anterior había encontrado una taza con su platillo! La abundancia de cubiertos y tazas sugería que trataba de reunir un ajuar.”

Jackson Brodie, el protagonista de la novela (ésta es la cuarta y, hasta ahora, última entrega de una serie) anda de un lado a otro, de una abadía a la siguiente o de una relación a otra, sin tener una conciencia demasiado clara de lo que hace.

Tracy Waterhouse se encuentra de pronto de la mano de una niña de cuatro años que acaba de comprar en un impulso incomprensible.

Matilda Tilly descubre que está robando pieza a pieza un ajuar de té.

Jackson Brodie va por la calle con un perro que acaba de quitar a un matón maltratador.

Todos son, del alguna forma, culpables de apropiarse de lo que es suyo. Pero... y ahí viene la reflexión de la autora: "La justicia no siempre coincide con lo que debería ser justo". Porque ¿qué perspectivas le esperan a una niña de cuatro años viviendo con una prostituta drogadicta, en comparación con las que puede tener con una mujer expolicía, con un buen retiro y unos deseos enormes de demostrar su cariño por alguien?.

Me parece un buen planteamiento moral. Pero podemos esperar mucho más que todo ésto de una escritora como Kate Atkinson (a la que acabo de descubrir).
El relato es bastante más complejo.
Por medio de "flash-backs" conoceremos nuevos personajes y cómo éstos influyeron en estos tres primeros. Si el hombre es él y sus circunstancias, veremos cómo todos los personajes se humanizan, dejan de ser de cartón piedra y se acercan a una realidad posible y factible. Aunque sorprendente.


Treinta años antes de estos acontecimientos, en un barrio marginal de la ciudad norteña de Leeds, dos policías, la agente Tracy Waterhouse, una chica grandota y desgarbada recién salida del período de prueba, y el agente Ken Arkwright, un blanco corpulento de Yorkshire con un corazón que era pura grasa, estaban ascendiendo al quinceavo piso de un inmueble. Allí hallan con horror y estupor una mujer asesinada hace tres semanas y un niño de unos cuatro años. La mujer, una conocida prostituta, se llamaba Carol Braithwaite y había sido estrangulada. El pobre crío había pasado tres semanas junto al cadáver de su madre comiendo cereales y restos de la nevera.
Lo primero que dijo a los policías fue “mi padre mató a mi madre”.

¿Por qué tantos años después de un asesinato como tantos otros parece que todos teman que se descubra el misterio que envuelve a aquel pobre niño?

Este es el verdadero nudo de esta novela y si quiere averiguar la respuesta a esta pregunta no le quedará más remedio que leerla.
Si lo hacen no se arrepentirán.





domingo, 21 de diciembre de 2014

Mr. Mercedes. Stephen King (99)

Mr. Mercedes.

Stephen King
Plaza y Janés



Justo antes del amanecer, en una decadente ciudad americana, cientos de parados esperan la apertura de la oficina de empleo para reclamar uno de los mil puestos de trabajo que se han anunciado. Han hecho cola durante toda la noche.
De pronto, invisible hasta que lo tienen prácticamente encima, un Mercedes surge de la fría niebla de la madrugada. Su conductor atropella y aplasta a todos los que encuentra a su alcance. Acto seguido, el coche da marcha atrás y vuelve a arremeter contra ellos. El asesino huye dejando atrás ocho muertos y quince heridos.
Meses después, Bill Hodges, un policía jubilado, que sigue obsesionado con este caso sin resolver, recibe una carta anónima de alguien que se declara culpable de la masacre.
Brady Hartsfield vive con su madre alcohólica en la casa donde nació. Disfrutó tanto de aquella sensación de muerte debajo de los neumáticos del Mercedes, que ahora quiere recuperarla.

¡Menuda entrada!. ¿No les parece?.
Sí. Ya sé que no es una lectura navideña precisamente. Lo adecuado en estas fechas sería una lectura como los fantasmas de Dickens o del estilo de "Qué bello es vivir". Pero me llamó la atención una reseña de este libro en la que se destacaba que King había dejado por una vez los aspectos paranormales en este relato y se había limitado a escribir un thriller casi clásico. Y digo lo de "casi" porque es imposible que el autor de más de cincuenta best sellers se limite a recorrer un camino trillado. No me gusta especialmente Stephen King porque no me trago los aires metafísicos que incluye en la mayoría de sus obras. Se me dirá que tampoco es creíble navegar por el espacio dentro de un agujero de gusano. Vale. De acuerdo. Pero es que cuando uno lee una novela de ciencia ficción ya sabe que debe aceptar un mundo totalmente irreal. Pero King, en sus novelas de misteriio y terror se saca de la manga espíritus malignos y cosas por el estilo que son lo que a mí me chirría en un texto que se supone racional.

 Pero me ha gustado Mr. Mercedes. Desde la entrada espectacular que he citado al principio, hasta el final, algo demasiado trepitante. King, como en otras novelas muy conocidas es un experto en la maldad humana y aquí hace gala de ello.
Aunque Mr. Mercedes no es una novela de terror sino que todo es lógico y racional, te pone la piel de gallina asomarte a la oscuridad de la mente de Brady Hartsfield, el asesino del Mercedes. King nos desvela su nombre y su espeluznante  contexto desde el inicio de la novela. Así  puede plantear un interesante duelo entre la mente del protagonista, Bill Hodges, y la del asesino del que conocemos casi todo (o lo vamos conociendo ).

Lo que me parece más horroroso, más espeluznante, no es el asesinato en masa del principio de la novela, sino la absoluta falta de sentimientos y de empatía del asesino. De lo que ocurre al culpable no es él, sino las víctimas. Y ello me llena de pavor, igual que cuando veo personas decapitadas en nombre de Alá. Es terrible su reacción a la matanza, pero lo es más en su relación con su madre. Y ya no puedo decir más sin chafarles la lectura.

Por cierto si tenéis  un coche de esos que se abren y cierran con un mando a distancia, cuando leáis esta novela  comprenderéis lo vulnerable que sois



domingo, 14 de diciembre de 2014

El asesino burlón. Jim Thompson. (98)

El asesino burlón

Jim Thompson
Ediciones B.



Jim Thompson tiene el más fiel círculo de admiradores-lectores en el mundo de la literatura policíaca norteamericana de posguerra, y proclama a todo el que lo quiera oir, que él es el autor de las mejores novelas de criminalidad psicológica que se hayan escrito. Tantos y tan fieles fanáticos en tantos países del mundo no pueden estar equivocados. Todo el mundo sabe hoy que el ranking debe leerse de la siguiente manera: Hammett-Chandler-Thompson.

Esto es lo que dice la editorial en la promoción de la obra. Lo cierto es que desconocía a este autor y ya no recuerdo el por qué coloqué a esta obra entre las lecturas elegidas. Si ahora he decidido estrenarla es porque hacía mucho tiempo que no leía una novela policíaca de estas clásicas: Los Angeles, años 50, policías corruptos, mucho whisky, más tabaco, mujeres fatales... en fin... ya saben.

¿Qué se imagina uno cuando ve este título y esta portada?. No sé ustedes. Yo me imaginé a un policía que va de cabeza para resolver unos asesinatos en serie de prostitutas en las que el inteligentísimo asesino deja unos juguetes de Disney, o una carta humorística o un poema cómico. Algo de este cariz.

Pues la trama no va por ahí.
Quizás si hubiera leído el título original "The nothing man" (El hombre nada) o el muy ilustrativo prólogo (¿por qué me salto siempre los prólogos?) de Barry Gifford, me hubiera hecho una película más aproximada. Escribe este prologuista:

“Sólo en Thompson convergen plenamente la noción francesa tanto de «noire» como de «maudit»; es maldito y autodestructivo. Lo que Thompson presenta es un retrato impío. Como escribió el crítico británico Nick Kimberley: «Éste es un mundo impío, poblado por personas para las que el asesinato es una tarea tanto casual como rutinaria.»”

El protagonista es Clinton Brown, un periodista del Courier de Pacific City.  Dipsómano impenitente, amargado, borde con todo el mundo, maltratador placentero de todos los que le rodean, autodestructivo y de lengua mordaz e hiriente, carga con un secreto inconfesable: una herida de guerra que le convirtió en un eunuco. De ahí arranca todo. Clinton Brow tiene que esconder su desgracia a cualquier coste. ¿Cómo podrá seguir martirizando a todos si conocen su vergüenza?. Por eso asesina a cualquiera que pueda revelarlo.

Pero ¿por qué esa necesidad de hacer sufrir a los que le rodean?. Porque Clinton Brown sufre mucho y espera que alguien acabe con este sufrimiento.

Una novela negra diferente con un final de lo más inesperado.


miércoles, 10 de diciembre de 2014

Morfina. Mijail Bulgakov. (97)

Morfina

 Mijail Bulgakov
 Anagrama


Mijail Bulgakov fue uno de los grandes escritores rusos de la época soviética en la que sufrió dura persecución y la prohibición de sus obras porque el régimen no soportaba sus sátiras al estilo de vida soviético.
Aunque murió en 1940 su obra no se tradujo ni se conoció en Occidente hasta 1965.
 Era originario de Kiev. Allí estudió Medicina e incluso ejerció durante un año en una aldea perdida, como el protagonista de esta novela, pero pronto se pasó a la literatura ya en Moscú. Su novela más conocida fue "El maestro y Margarita".

 Morfina es un conjunto de relatos de tinte autobiográfico la mayoría de los cuales protagoniza el joven doctor Poliakov.
 Inexperto, perdido en una aldea ucraniana, aborda su tarea con una tremenda angustia pero desde una apariencia serena y segura. Desde las primeras páginas el lector se siente identificado con este pobre y perdido doctor.

(¿Quien no recuerda las primeras meteduras de pata en los inicios de su profesión o la angustia de enfrentarse a problemas que supuestamente ha estudiado y no tiene ni idea de cómo afrontar?)

 Al contrario de otras obras rusas que destacan por su potencia y su dramatismo, Bulgakov escribe de una forma sencilla, directa y sobre todo con un gran sentido del humor. Francamente,  no me lo esperaba. Uno lee las desventuras del doctor Poliakov con una sonrisa en los labios. ¿Cuándo les ha pasado eso con una novela rusa?. Para mí ha sido una novedad.

 El último de los relatos es el que da nombre a la obra y tiene un carácter completamente distinto de los anteriores.

 Bulgakov fue herido dos veces gravemente cuando trabajaba en la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial. Una de ellas en el estómago y, durante años padeció fuertes dolores abdominales que sólo calmaba la morfina. El resultado fue que se convirtió en un adicto a esta droga. Pasó un auténtico calvario y finalmente se rehabilitó. La última parte del libro está dedicada a exponer este infierno peor que la muerte. Y lo hace paso a paso. Día a día. Como si quisiera vacunar  todos los lectores contra una terrible enfermedad.





lunes, 8 de diciembre de 2014

El invierno del mundo. Ken Follett. (96)

El invierno del mundo

 Ken Follett
 Plaza y Janés



Estamos ante la segunda entrega de la trilogía qué Follet ha denominado "The Century". Ahora nos encontramos en 1933 con las cinco familias protagonistas de la Primera entrega. Por las fechas ya pueden imaginarse en qué contexto histórico se desarrollarán los acontecimientos: el ascenso de Hitler, la aparición del fascismo en toda Europa, la persecución de los judíos, la guerra de España, la II Guerra Mundial y la Guerra Fria. Todo al más puro estilo del autor galés: poder, política, dinero, sexo, lucha de clases, buenos muy buenos y malos muy malos. Un montón de argumentos ( claramente demasiados), muchísimas localizaciones y excesiva lista de personajes.

 Follett cumple las expectativas de sus seguidores y les proporciona una lectura simple en un marco histórico suficientemente conocido con tramas y desenlaces absolutamente previsibles conducidas por personajes de cartón piedra. Nada nuevo bajo el sol. Pero aquí se equivoca porque peca de ambicioso y ya dice el refrán que el que mucho abarca, poco aprieta.
 Totalmente prescindible a menos de que uno se encuentre en un aeropuerto esperando un vuelo que se retrasa indefinidamente.





El Caminante. Natsume Soseki. (95)

El Caminante

 Natsume Soseki

 Satori
 Me habían recomendado mucho esta novela japonesa si quería entender el carácter (para nosotros tan inescrutable) de este exótico y al tiempo atractivo pueblo. No en vano Soseki es considerado el padre de la literatura japonesa actual.
Mentiría si dijera que lo he logrado. Creo que continúa siendo muy difícil entenderlos y muy fácil respetarlos y admirarlos.

 Esta novela nos sitúa en un momento clave de la transición de su cultura. El libro tiene una estructura singular porque fue escrita a modo de artículos para un periódico entre 1912 y 1913. Es quizás por esta causa que sus cuatro partes sean bien distintas. Las tres primeras son un relato en primera persona de Jiro Nagano, un joven arquitecto descendiente de una familia acomodada.  La última parte es una larga carta escrita por un personaje secundario denominado simplemente H.

 Al principio el lector identifica al protagonista de la novela con este narrador en primera persona. Pero no es así. El el auténtico protagonista es su hermano Ichiro. Un profesor universitario que siente en su espíritu todo el desgarramiento que se produce en su cultura milenaria, en sus costumbres y en su forma de ver la vida la emergencia de una nueva forma de moral. No olvidemos que "moral" viene de "mors, moris" que significa "costumbre". Ichiro es el " Caminante" entre un mundo que se apaga lentamente y otro que lucha por aflorar demasiado rápidamente.

 La primera parte o entrega ( no olvidemos que se trata de un folletín de un periódico) tiene poco que ver con el resto de la novela.  Jiro Nagano viaja desde Tokio en donde vive su familia, a Osaka, a casa de un amigo para tratar el arreglo de una boda entre una chica que vive con su familia y un joven de esta ciudad. Esta parte sirve principalmente para situarnos en esa metamorfosis acelerada de cambios. Sorprende, por ejemplo, que en 1912 aún se organizaran los matrimonios en base la extensión de las propiedades del novio, si tenía o no contactos con malas relaciones o si padecía alguna enfermedad hereditaria. Nada que ver con los afectos.

 La segunda y tercera parte son el auténtico núcleo de la obra. Ahi aparece Nao, la esposa de Ichiro y se perfila un sutil triángulo entre los tres personajes principales. Ichiro lucha con su neurosis (que altera profundamente la tranquila y tradicional vida de la familia) mientras Nao adopta una postura pasiva como se supone correspnde a una mujer. La tensa situación provoca la independización de Jiro.
En la última parte qué es un relato del viaje de Isidro con el señor H, llegaremos a conocer hasta qué punto se está desgarrando interiormente Ichiro. "Parecía un pez varado en la arena dando coletazos en su fútil lucha por la vida". Porque el auténtico drama es que Ichiro está solo en esta encrucijada.

 Un libro que quizás no despierte el interés de los lectores de best sellers, pero que es muy ilustrativo de un momento determinado de la historia de Oriente.