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martes, 24 de septiembre de 2013

Entrada 32

Amelie Northrop             Niccolò Ammaniti            Richard Ford              Rosa Ribas                       









Como Dios Manda

Niccolo Ammaniti
Mondadori

Contraportada
Crisitiano Zena vive con su padre, Rino, en una chabola de Varriano, un suburbio italiano.
Padre e hijo mantienen una estrecha relación: Rino está empeñado en instruir a su hijo en la dura escuela de la vida. Rino ha perdido su trabajo y planea, junto a dos compinches, atracar un cajero automático estrellando un tractor a toda velocidad. Sus colegas son Danilo (separado de su mujer desde que la hija de ambos se asfixió con un tapón de champú mientras volvían del supermercado) y Cuatro Quesos (destrozado desde que sufrió una descarga de alta tensión que, en lugar de convertirlo en superhéroe, le ha trastornado la cabeza y limitado lo movimientos).
La vida en Varriano transcurre entre copas de grappa, viendo películas porno y esperando que un día aparezca Robert de Niro o Al Pacino para que Rino les pueda explicar “la vida de mierda que lleva la gente normal”.
Solo la violación y el asesinato de una muchacha, la noche del golpe, sacará a los habitantes del suburbio de la modorra y la sordidez.

Mi comentario
¿Hay novelas para mujeres?, ¿para seres sensibles?, ¿para machotes?. Me temo que sí. Le he estado buscando un género adecuado a esta novela de Niccolo Ammaniti pero no lo he encontrado. Sólo puedo definirlo por “lo que no es” lo cual es bastante pobre, la verdad.
“Como Dios manda” no es una novela para seres sensibles. Sus personajes están todos (más o menos) tocados del ala y eso cuando no están borrachos de grappa o de cualquier cosa que contenga alcohol etílico en elevada proporción. No me puedo imaginar lo que debe ser despertar de una borrachera de grappa. Pues esa es una experiencia a la que se enfrentan cada día Rino, Danilo y Cuatro Quesos. Cristiano, el hijo de Rino, malvive en una situación lamentable con los problemas de cualquier adolescente: la ambivalencia de amor-odio respecto al padre, la búsqueda de la identidad en el instituto, el despertar del sexo y la atracción, el temor al ridículo y la búsqueda desesperada de un punto de apoyo estable y definitivo.
Los tres borrachines tienen una extraña relación con Dios. Nada que ver con la religión o el cristianismo porque ninguno tiene la más mínima conciencia del pecado o del arrepentimiento. Mas bien su relación con Dios es también la búsqueda de un punto de apoyo: algo o alguien, visible o invisible, que les diga lo que hay que hacer porque ellos, en su confusión, no lo saben.

Un libro duro redactado de forma bronca y en el que lo que acontece (por otra parte bastante increíble y tragicómico) es lo de menos. Lo que queda tras su lectura son los personajes. No sus inevitables tragedias, consecuencia de actos de mentes descerebradas. 


Cosmética del enemigo

Amélie Northomb
Anagrama

Contraportada
El empresario Jérôme Angust recibe por megafonía el anuncio de que su vuelo sufre un retraso sin determinar. Para matar el tiempo se sumerge en la lectura del libro que lleva en su bolsa de mano, pero un inesperado interlocutor, Textor Texel, le dará conversación a pesar de su manifiesta resistencia. Como se trata de una novela de Nothomb, no sorprende que el inoportuno Texel tenga algo que contar que es mucho más terrorífico, intrigante y sugestivo que cualquier libro: a lo largo de su relato, la violación y el asesinato se irán perfilando con nitidez cada vez mayor, y Textor se irá transformando en una abominable encarnación de todos los fantasmas de Angust, quien verá convertida su anodina espera de un vuelo retrasado en una aventura ominosa y alucinante, una pesadilla en la tibia vigilia de una terminal de aeropuerto.

Mi comentario


No puede negarse que Amelia Nothomb es una autora poco convencional que consigue conmoverte con una fuerza inusitada cuando se lo propone. Lo logra creando climas que van acelerándose en ritmo creciente antes de la explosión final.
No quiero añadir nada más al texto propuesto en la contraportada por parte de la editora porque se rompería el misterio de este cuento (se trata un libro de pocas páginas) que vale la pena descubrir por sí mismo. Sólo una pista, ¿recuerdan el “Club de la lucha” de David Fincher?. Pues esta es la clave.


El periodista deportivo

Richard Ford
Anagrama

Contraportada
El periodista deportivo es la novela que consagró internacionalmente a Richard Ford, de quien Raymond Carver escribió que era "el mejor escritor en activo en nuestro país" y el crítico francés Bernard Géniès afirmó, en una encuesta en Le Nouvel Observateur, que "se está convirtiendo tranquilamente en el mejor escritor norteamericano". Frank Bascombe tiene treinta y ocho años y un magnífico porvenir como escritor a sus espaldas. Hace tiempo disfrutó de un breve instante de gloria, tras la publicación de un libro de cuentos, pero luego abandonó la literatura, o fue abandonado por ella. Ahora escribe sobre deportes y entrevista a atletas, a quienes admira porque "no tienen tiempo para las dudas o la introspección". Y escribir sobre victorias y derrotas, sobre triunfadores del futuro o del ayer le ha permitido aprender una escueta lección: "En la vida no hay temas trascendentales. Las cosas suceden y luego se acaban, y eso es todo." Lección que podría aplicarse a su fugaz fama como escritor, a su breve matrimonio o a la corta vida de su hijo mayor, Ralph, que murió a los nueve años.



Mi comentario

Esta es la primera de las tres novelas que hicieron famoso a Richard Ford. Las otras dos, "El día de la Independencia" y "Acción de Gracias", han recibido muchos premios y entre ellos el Pulitzer y el PEN/Faulkner.
Las iremos reseñando en estas páginas.
La trilogía está protagonizada por un singular personaje, Frank Bascombe, que cuenta en primera persona lo que le sucede y lo que piensa.

Es muy fácil pensar, cuando has leído esta novela, que Frank Bascombe es una persona normal y corriente, que no profundiza demasiado en nada, que se muestra comunicativo a un nivel epidérmico, que contesta siempre lo que el interlocutor quiere escuchar y que trata simplemente de "vivir y dejar vivir". Pero no es así. Frank Bascombe es eso y muchas cosas más.
El otro día estuve leyendo un interesante Blog (ver aquí) en donde se recogían opiniones de una serie de expertos y escritores sobre cómo diferenciar la literatura de calidad de la que no lo es. Se daban muchas fórmulas pero una era común: en la literatura de calidad los personajes no son esquemáticos y repetitivos, sino complejos, como es en la realidad de la vida.
Frank Bascombe actúa como podríamos actuar cualquiera de nosotros y trata de navegar por la vida sin entrar en conflicto alguno. Pero de tanto en tanto le dan "pasmos" (él los llama “ensueños”) y entonces se conduce de forma impulsiva e irracional.
La novela en realidad no trata demasiado del periodismo deportivo. Hay algunos apuntes cínicos al respecto, pero básicamente trata sobre el presente de Frank Bascombe (lo que sucede en los tres días antes y después de la Pascua (de 1986?) y su pasado que gira también alrededor de la muerte de su hijo Ralph.
La narración discurre en los acontecimientos de estos tres días y continuos “flash back” del pasado. Es una vida banal que va desmadrándose hacia lo surrealista. Pero de pronto frena. No cae en la locura o en la irrealidad. Esa es la virtud de este personaje: va equilibrando continuamente la acción entre lo absurdo y lo cotidiano.
Un ejemplo es el “ensueño” que le dio poco después de la muerte de su hijo y que condujo a su divorcio.

“Pero hacia el final de nuestro matrimonio me sumí en una especie de ensueño. A veces, me despertaba por la mañana, abría los ojos, veía a X acostada a mi lado respirando y ¡no la reconocía! Ni siquiera sabía en qué ciudad estaba, cuántos años tenía o en qué vida me hallaba, tan profunda era mi ensoñación. Me quedaba allí echado e intentaba recobrar la conciencia del presente, sentía aquella sensación tan plácida de volar sin rumbo, y llegué a disfrutar de aquello mientras duraba, imaginando veinte posibilidades distintas sobre quién era, dónde estaba, qué era. Hasta que de pronto me recobraba y me invadía una sensación de… ¿qué? Pérdida, creo que dirían ustedes, aunque no sé cuál sería la pérdida. Mi hijo se había muerto, pero no quiero creer que ésa fuera la causa, o que algo sea la única causa de algo. Sé que uno puede soñar su propio camino a través de una vida mejor y no despertar nunca, y yo estuve a punto de hacerlo. Creo que he sobrevivido y que casi he conseguido dejar atrás la fantasía, aunque X y yo sentimos sin duda la misma tristeza de que lo nuestro se acabase, una tristeza que no es triste. “

Como en las buenas historias no hay buenos ni malos, sino seres ambiguos que luchan para conseguir sus deseos y, al mismo tiempo, sobrevivir.

Me he sorprendido pensando, al leer este libro, “yo también habría actuado así, aunque sé que es una locura”.
No me extraña que Richard Ford esté considerado uno de los grandes de la literatura americana.

Don de lenguas

Rosa Ribas; Sabine Hofmann
Siruela

Contraportada
La trama de Don de lenguas se desarrolla en la Barcelona de 1952. Quedan pocas semanas para el Congreso Eucarístico, y la consigna oficial es dar una imagen impoluta de la ciudad, pues está en juego la legitimidad internacional del Régimen. Ana Martí, novata cronista de sociedad de La Vanguardia, encontrará en el encargo de cubrir el asesinato de Mariona Sobrerroca, una conocida viuda de la burguesía, su oportunidad para escribir sobre temas serios. El caso ha sido encomendado al inspector Isidro Castro de la Brigada de Investigación Criminal, un hosco policía de doloroso pasado, que tendrá que aceptar de mala gana que Ana cubra la investigación. Pero la joven periodista descubrirá nuevas pistas que se apartan de la versión oficial de los hechos y recurre a la ayuda de su prima Beatriz Noguer, una eminente filóloga. Lo que en principio parecía una inofensiva consulta lingüística sobre unas misteriosas cartas encontradas entre los papeles de la difunta se convertirá en el inicio de una serie de revelaciones en las que están implicadas personas muy influyentes de la sociedad barcelonesa… En medio de un ambiente hostil poblado de funcionarios y políticos corruptos, porteras entrometidas, policías violentos, prostitutas y ladrones de buen corazón, la inteligencia y el arrojo de Ana y los conocimientos lingüísticos y literarios de Beatriz serán sus únicas armas para resolver el caso.


Mi comentario
Rosa Ribas y Sabine Hoffmann
Empecé a leerlo con una cierta prevención fruto de mi ignorancia sobre las autoras. Pero al poco tiempo cambié de opinión y más al saber que Lorenzo Silva la había calificado de "Novela Negra filológica". Es verdad. Es una novela negra en donde el lenguaje y el idioma son fundamentales. Por lo que se dice y por lo que se calla.
Y es que en la Barcelona de 1952 se callaba más de lo que se hablaba. Y lo que se hablaba casi nunca tenía que ver con lo que se pensaba, sino en lo que era "correcto políticamente". La verdad siempre quedaba oculta entre líneas cuando podía escapar al filtro censor. Censor mental y físico.
Me ha encantado especialmente cómo describen la Barcelona del Congreso Eucarístico. Al llegar a cierta edad nos gusta leer descripciones de lugares que coinciden plenamente con nuestros recuerdos porque parece que el escritor esté hablando de nosotros. Este realismo tiene que haber sido aconsejado por alguien que conoció bien la Ciudad Condal en aquella época porque ambas autoras nacieron diez años después de los sucesos que se cuentan en la novela.
En muchos aspectos "Don de Lenguas" (el título es lo único desacertado de la novela porque significa el don milagroso del que gozan los que, desconociendo un idioma, lo hablan) me ha recordado la estupenda serie de novelas "Berlín Negro" de Phillip Kerr en las que el protagonista tiene que descubrir asesinos en la sociedad del Berlín nazi. Aquí hacen lo mismo en la Barcelona inmersa en el más duro franquismo en el que el miedo es el sentimiento predominante de la mayoría de la gente.
En 1952 no tenía miedo. Por lo menos no tenía miedo ni de la policía ni del ambiente que refleja la novela. Sólo tenía 11 años y lo que me daba pavor era el latín de primer curso de bachillerato en el Colegio de los Maristas del Paseo de San Juan. Pero sí recuerdo perfectamente la monumental concentración de gente en el Paseo de Colón con motivo del Congreso Eucarístico. Nunca había visto una multitud semejante. Lo veía embobado desde el balcón de casa de mis tíos y recuerdo que pensé que parecían hormigas en lugar de personas.
Ha sido acertado que las dos autoras hayan elegido este momento histórico para enmarcar su novela porque no cabe ninguna duda que aquel acontecimiento presionaba a todos los jerifaltes del sistema para que nada pudiera desfigurar la imagen idílica de una Barcelona en orden, paz y trabajo que se pretendía dar internacionalmente.
Finalmente me ha gustado cómo han resuelto el final (cosa que no siempre sucede en las novelas negras) y, sobre todo, la herramienta que han usado: la palabra.
Muy recomendable.



lunes, 16 de septiembre de 2013

A mediados de septiembre. Entrada 31

El tigre Blanco


Aravind Adiga
RocaBolsillo

Contraportada


Les presentamos a Balram Halwai, alias Tigre blanco, sirviente, filósofo, emprendedor, malhechor... Durante siete noches, a la luz mortecina de una ridícula araña, Balram nos va a contar su historia. Nacido en una villa en el corazón de la India, trabaja en una tienda de té. Mientras machaca carbón y limpia mesas, se va formando un sueño en su cabeza: el de escapar de la orilla del Ganges, en cuyas oscuras profundidades se han podrido generaciones enteras. Para ello se traslada a Delhi, donde será contratado como chófer. Mientras los otros sirvientes hojean la última revista de actualidad, Balram empieza a vislumbrar cómo el Tigre podrá escapar de su jaula. Aunque, claro, ¿qué hombre de éxito no se ha visto obligado a derramar un poco de sangre en su camino a la cima? Tigre blanco es una historia absolutamente irreverente, profundamente tierna y, desde luego, inolvidable. «El mensaje de Adiga no es sutil, ni nuevo, pero la voz sardónica de Balram es cautivadora y sus agudas observaciones del orden social son al mismo tiempo acertadísimas y desasosegantes.»

Mi comentario


En su día el The New Yorker  publicó lo siguiente sobre esta novela «A diferencia de casi todas las novelas indias que hayan podido leer en los últimos años, ésta atrapa ofreciéndonos un retrato desnudo, iracundo y falto de adornos del país, tal y como se vería a ras de suelo. No hay aromas de azafrán o remolinos de saris... el lector no podrá dejar de leer y se encontrará atrapado.»

Estoy bastante de acuerdo. Aravind Adiga no disimula, sino que subraya el clima de podredumbre, física y moral, de la sociedad india actual en la que, según él, la corrupción política y la suciedad (de personas, animales, ciudades, etc) corren parejas.
La novela es una larga carta que el protagonista, Balram, escribe nada menos que al primer ministro chino que se supone va a visitar la India en cualquier momento. A lo largo de siete noches Balram le explica cómo es la India actual, tanto en su parte "Oscura· (los territorios del interior) como la parte "Luminosa" (los territorios que lindan con el océano) y también su visión cínica y sin florituras de la sociedad rural y la urbana. Todo ello bajo el hilo conductor de su propia historia como chófer, empresario y asesino.
El relato es entretenido pero, sinceramente, si tuviera que elegir un redactor de un folleto turístico de la India, no elegiría a Aravind Adiga.

 

Expediente 64


Jussi Adler-Olsen
Maeva


Contraportada


1985. En una fiesta de la alta sociedad, acompañada de su adinerado marido, Nete Hermansen se encuentra con Curt Wad, que forma parte de un pasado que creía haber dejado atrás. Tras un trágico accidente en el que su marido pierde la vida, Nete decide vengarse de todos aquellos que, según ella, le arruinaron la vida. Mientras lleva a cabo su aciago plan, descubrimos su pasado, marcado por todo tipo de abusos.
Años después, el caso de unas misteriosas desapariciones cae en manos de Carl Mørck y su Departamento Q. La investigación les conducirá hasta Curt Wad, un prestigioso médico y presidente de un partido de tintes fascistas, que siempre ha sido sospechoso de predicar una peligrosa filosofía eugénica devolver la pureza a la sociedad danesa. ¿Pero qué relación guardan el respetable médico con la muchacha de orígenes humildes que fue Nete Hermansen? ¿Qué temible secreto ocultan estos personajes?
Además, Carl tiene que lidiar con un sorprendente descubrimiento sobre su ayudante Rose, mientras sus suspicacias a propósito de su jovial colega Assad no hacen más que aumentar. Y tiene que afrontar nuevas pistas del caso de la pistola clavadora, que directamente parecen salpicarle.

Mi comentario
Viví y trabajé unos meses en la ciudad de Aarhus en Jutlandia más o menos en la época en que pasaron los acontecimientos de esta novela, es decir a principios de los 60. Es por ello que me pareció una fantasía un poco macabra lo de la isla de Sprogo. Mi idea de lo que era la sociedad danesa en la que viví no encajaba para nada con lo que se relata en la novela. Todo lo contrario. Para mí, que venía de lo más profundo de la España franquista, Dinamarca me pareció el paraíso de las libertades y de la Justicia social.
Pero se ve que estaba errado.
Lean la apostilla con la que termina el libro:



"Aunque hoy día Sprogø es solo uno de los puntos de apoyo del puente colgante Gran Belt, el pequeño islote, con su pintoresco faro, tiene un pasado sombrío que la mayoría de daneses desconocen.

Entre 1923 y 1961, como Rose cuenta a sus compañeros del Departamento Q en su investigación sobre el caso del Expediente 64, la isla, como parte de un complejo mayor de instituciones repartidas por varios puntos del archipiélago danés, albergó un sanatorio para mujeres; un eufemismo para lo que en realidad era una cárcel a la que se enviaba a mujeres que padecían enfermedades mentales, prostitutas, madres solteras o jóvenes demasiado «ligeras de cascos» para la moralidad de la época, en un movimiento eugenésico iniciado a principios del siglo XX para evitar que «genes indeseados» se propagaran en la sociedad. Muchas de estas mujeres fueron encerradas en la isla durante años y sometidas a torturas disfrazadas de terapia y maltratos por parte del personal. En muchos casos, la única forma de poder salir era someterse a una esterilización forzada. Durante los largos años en los que la cárcel permaneció abierta, Sprogø se convirtió casi en un elemento de fábula. Había madres, incluso, que amenazaban a sus hijas con llevarlas a la isla si se portaban mal.

Además, los métodos usados en Sprogø y en varias otras instituciones parecidas, no solo fueron aplaudidos en Dinamarca, sino que convirtieron al país escandinavo en un ejemplo de salud pública para el resto de Europa. Tras su cierre a principios de los sesenta, se dejó que el horror de lo sucedido cayera en el olvido. Las víctimas, es decir, las mujeres prisioneras, sus hijos y sus familias, nunca fueron reconocidas ni compensadas de ninguna forma.

Jussi Adler-Olsen recuerda haber oído hablar de la isla, que aún estaba en funcionamiento cuando él era un niño, y, conmovido por la tremenda injusticia cometida, ha querido incluir esta sombría historia en su novela para sacar a la luz los errores del pasado."
Como las anteriores entregas de la serie del Departamento Q, aquí la acción y el interés van creciendo a medida que avanza la narración hasta el estallido final que te deja con la boca abierta de asombro.
Lástima que esta sea la última novela de la serie publicada en España.
Muy intresante.

 

Elling


Ingvar Ambjornsen. 
Editorial Nórdica


Contraportada.

Elling posee una hiperactiva y divertidísima imaginación, pero es incapaz de enfrentarse al mundo real. Mimado y sobreprotegido por su madre durante toda su vida, cuando ella muere queda al cuidado del centro de restablecimiento de Brøynes. Tiempo después, él y su compañero de habitación, Kjell Bjarne, reciben un piso del ayuntamiento de Oslo para que se reintegren en la sociedad. En la búsqueda de una vida normal, la amistad entre ellos se intensificará. Pero antes deberán superar obstáculos que, a sus treinta y tantos, les parecen insalvables, tales como hablar por teléfono, ir a comer a un restaurante o salir a comprar.
Una comedia conmovedora e hilarante del mayor talento literario de Noruega. Elling se regocija en los pequeños placeres de la vida y nos recuerda la importancia de liberarnos de nuestros miedos.

Mi comentario
En una entrevista en "El País", Ingvar Ambjornsen afirma que "No creo que nadie sea normal". Sobre esta premisa construyó hace ya una década una tetralogía sobre este Elling, un personaje peculiar que ha levantado en Alemania y en Noruega muchísima controversia entre psicólogos y sociólogos. La novela fue llevada al cine y estuvo en las puertas de recibir un Oscar en 2001 como mejor novela de habla no inglesa.



Posiblemente recordaréis aquella vez que salisteis del cine con la sonrisa en la boca y que comentasteis a vuestra pareja “Esa sí que es una película que deja buen sabor de boca”. Es cierto que ha pasado cierto tiempo. Últimamente escasean las películas que te proporcionan esta sensación al salir del cine. Pero siempre tienes la esperanza de que vuelva a suceder alguna vez.

Esta es una novela que deja un buen sabor de boca. Puedes pasarte todo el tiempo de su lectura con una sonrisa incrustada en una cara embobada.
Y eso que todos los personajes (excepción hecha de Frank, el asistente social) son algo o muy “singulares” (por no poner la horrible palabreja inglesa). Elling y Kjell Bjarne. Los dos “hermanos de sangre” con sus miedos, neurosis y esperanzas. Reidun Nordsletten con su embarazo en la última fase y el poeta Alfons Jorgensen con el chasquido de sus dedos. Todos personajes solitarios que huyen del dolor y del miedo a los demás.
Ingvar Ambjornsen ha creado estos personajes con muchísimo cariño, sobre todo en el caso de Elling que, poco a poco va perdiendo sus miedos a los demás seres humanos y sobre todo controlando su desbordante imaginación. Porque es su imaginación galopante la fuente de todos sus problemas. Basta cualquier chispa de realidad para que se desencadenen en su mente todo tipo de fantasías que le obstruyen sus canales de la percepción de esta misma realidad.
Especialmente me han encantado las “posturitas” que adopta Elling (siempre obsesionado por lo que piensen los demás de él) ante situaciones completamente normales y cotidianas para cualquiera de nosotros pero que para él son de lo más amenazante.
Sensacional relato que, además de corto.
 

En una misma noche

Leopoldo Brizuela
Alfaguara

Lo que dice la editorial de este libro


Una madrugada de 2010, el escritor Leonardo Bazán es testigo involuntario del asalto a una casa vecina. No es un robo usual: lo lleva a cabo una banda organizada, con una logística sofisticada, y hasta un patrullero de la Policía Científica. Pero lo que más perturba a Bazán es el recuerdo de una experiencia similar —de la que también fue testigo junto a sus padres— ocurrida en esa misma casa en 1976, a poco de iniciada la dictadura militar en la Argentina. El trauma de aquella noche pareció caer en el olvido; pero ahora Bazán siente que debe escribir para entender y salvarse. ¿Cómo actuaron exactamente él y sus padres y cómo juzgar hoy esas reacciones? ¿Cómo es posible que una estructura criminal, montada décadas atrás, todavía exista y que la gente siga reaccionando de la misma manera, con el mismo miedo?

Narrada como el cuaderno de notas de un detective que, pista tras pista, se indaga a sí mismo y se expone al crimen organizado, Una misma noche es una novela de suspense que explora el rol de los ciudadanos enfrentados a las formas más brutales y secretas del poder. Y reflexiona sobre la intolerable conciencia de nuestra propia cobardía. Un texto a un tiempo íntimo y político, confesional, potente, misterioso, destinado a perdurar.



Mi comentario

Este libro me produce mucha inquietud y algo de duda ética. Lo diré de otra manera. ¿Cómo comentarían un libro que ha recibido las mejores críticas literarias y el prestigioso premio Alfaguara 2012, pero que no le ha gustado nada?. ¿Se sumaría a las loas generales y saldría del paso con algo de frases hechas o bien señalaría claramente los defectos que ve en el texto?. Estas son mis inquietudes y dudas.
Como me enseñaron de pequeño, la verdad es el camino más corto pero el más difícil.
He empezado este libro… no sé… cinco o seis veces. “Algo se me escapa”, pensaba. No es posible que me parezca aburrido, sin sentido y excesivamente descriptivo un texto con tantas críticas buenas y premios a sus espaldas. “Inténtalo de nuevo. A medida que avance, mejorará y el final será espectacular”. Otras veces me había pasado. ¿Por qué no iba a suceder aquí?.

Pero no. Es de estas novelas que no te intrigan para nada, que no hay sorpresa alguna y que, en realidad… no pasa nada. Y el final…, bueno el final es penoso y vacío.
Claro que si se quiere saber lo que pasó con la dictadura argentina sin leer un libro de historia, quizás le interesa este libro como un ensayo. Pero nada más.

  

martes, 10 de septiembre de 2013

Entrada 30

Atando cabos

E. Annie Proulx
Círculo de Lectores

Contraportada


Cuando Pearl Bear muere, en compañía de su amante, en un accidente de coche, deja desnortados y abrumados a sus dos hijas y a, su marido, un pobre tipo, periodista de tercera, sin futuro ni esperanza. De modo que Quoyle, haciendo de tripas corazón, deja Nueva York y parte hacia el remoto lugar de sus antepasados, una pequeña ciudad portuaria en la desolada y brumosa costa de Terranova.
Annie Proulx tiene 78 años y le gusta vivir en el campo. Su literatura es costumbrista y sus personajes suelen ser gente del ámbito rural: rudos, directos, luchadores, incultos y nobles. Su técnica para describirlos es asombrosa.


Mi comentario

Esta novela fue Premio Pulitzer 1994. La recordaba vagamente de la primera lectura hace ya bastantes años y la he reencontrado en un rincón de mi biblioteca palmesana.
Además de esta novela, Annie Proulx se hizo famosa por la multipremiada película dirigida en 2005 por Ang Lee "Brokeback Mountain"  en la que los protagonistas eran dos "cow boys" gays.
"Atando cabos" también fue llevada al cine en 2001 por Lasse Hallström y protagonizada por Kevin Spacey, Julianne Moore, Judi Dench y Cate Blanchett. La película tuvo un moderado éxito pero el texto de la novela de Annie Proulx es muy superior porque contiene matices y detalles mucho más interesantes. Por ejemplo Quoyle (el protagonista) es descrito de la siguiente manera al principio de la novela: 

"Un cuerpo como una gran rebanada de pan mojado. A los seis años pesaba casi cuarenta kilos. A los dieciséis estaba enterrado bajo una gran masa de carne. Su cabeza tenía forma de pepino, carecía de cuello, tenía un pelo rojizo encañonado en la parte de atrás. Unos rasgos que formaban un racimo como yemas de dedos que se besan. Ojos de color de plástico. La barbilla monstruosa, una superficie rarísima saliéndole de la parte baja de la cara.

Se había disparado algún gen anómalo en el momento en que lo engendraron, lo mismo que una chispa salta a veces de los montones de carbón, y le había proporcionado una barbilla de gigante. De niño inventaba estratagemas para evitar las miradas; una sonrisa, bajar la mirada, la mano derecha que salía disparada a ocultar la barbilla."

¿Creen que esta descripción podría aplicarse a Kevin Spacey?. Lo dudo. Más bien parece la descripción de un hombre acromegálico más parecido a Carlos V que al actor.

En otra ocasión les contaba que había libros que me costaba dejarlos y que

reemprendía la lectura con gusto. Y otros, todo lo contrario. Este es de estos últimos. He tardado más de una semana en leerlo lo cual es muchísimo para mí. Mientras lo leía me preguntaba: "¿qué secreto tendrá este libro para merecer un Premio Pulitzer?.". Básicamente es un conjunto de historias y cuentos orales de Terranova (un montón, realmente) y el pobre y patético protagonista deambula de fracaso en fracaso y de desastre en desastre entre icebergs, nevadas, lluvias torrenciales, y comidas a base de bacalao y hamburguesas de calamares (¡hamburguesas de calamares!) , mientras una serie de personajes más o menos pintorescos le van pegando la paliza con sus historias.

No sé por qué le dieron el premio. No sé su secreto, pero he tenido una idea. Hoy me he despertado pensando en el sueño que acababa de abandonar. (Abro un paréntesis para decirles que odio los relatos de sueños en las novelas. Me parece un subterfugio para llenar páginas sin aportar realmente nada nuevo a la trama. Uno se los puede saltar olímpicamente y comprobarán que se sigue el relato perfectamente. Igual que si suprimen este paréntesis). He soñado con un cubrecama de patchwork. Ya saben estos manteles hechos como un "collage" de retales. Inmediatamente he recordado la magnífica novela de Keigo Higashino "La salvación de una Santa" en la que la protagonista era una especialista en tejer este tipo de telas. "Ah! -he pensado- este sueño te viene de esta lectura reciente". Pero, en la ducha, se me ha ocurrido pensar "¿Y si el secreto de "Atando Cabos" es que se trata de un Patchwork?". ¿Y si lo que pretende Annie Proulx es hacernos ver lo que es la vida en Terranova y cómo esta apartada sociedad ha llegado hasta este punto crítico, mediante un montón de historias de lo más dispar?. ¡Lo más importante, creo, es el conjunto y no los detalles!. Hay que abrir el zoom.

Quizás ahí está el quid de la cuestión. O no. No lo tengo nada claro.


La danza de la gaviota

Andrea Camilleri
Salamandra

Contraportada


Las vacaciones que Montalbano tenía previsto disfrutar junto a Livia se frustran cuando Fazio, la inestimable mano derecha del comisario, sencillamente desaparece del mapa. No ha vuelto a casa, su teléfono está desconectado y sólo se sabe que iba a encontrarse con alguien en el puerto. 
Sus compañeros se temen lo peor, y la visión de su querido Fazio herido, o tal vez muerto, mortifica a Montalbano de tal forma que no reparará en esfuerzos para encontrarlo.

Bien entrado en la cincuentena, Salvo Montalbano vive cada día más angustiado por los efectos de la edad y el desencanto.

En otro sutil toque de humor de su genial creador, los acontecimientos de La danza de la gaviota transcurren cerca del lugar donde se está rodando un episodio de la famosa teleserie sobre Montalbano. Por supuesto, éste evita a toda costa cruzarse con el actor que lo interpreta, que es mucho más joven y atractivo, aunque difícilmente tan irresistible para las mujeres como él.



Mi comentario

No es la primera vez que Camilleri deriva una noticia de periódico en una novela. Esta es la 16 de la saga de Montalbano y aquí su creador ha querido jugar a Hitchcock saliendo en su propia novela y el filmación de la serie que muchos habremos visto en la noche de los sábados en la segunda cadena de RTVE.


La hubiera considerado una novela más de la serie si no fuera que navegando me encontré con la lista de las mejores novelas del 1012 elaborada por los libreros. Ello me estimuló a no dejarla de lado. Empecé a leerla y me di cuenta de que había escenas que me resultaban familiares. ¿Acaso había visto esta novela en forma de guión de la serie televisiva de Montalbano?. No lo podía recordar.

Cuando uno se hace mayor las capacidades intelectuales disminuyen aceledaradamente. Si leyera un libro y no tomara la precaución de tomar notas problablemente no sería capaz de redactar un comentario coherente y, al cabo de unos meses no recordaría ni la trama ni el argumento. Mis notas son mi andador, mi “taca-taca”.
Ante la sospecha de que hubiera podido cometer un error y que estaba leyendo algo ya leído, me puse a buscar entre las notas y en la base de datos. No encontré nada. Es un libro editado en 2012, es decir que es bastante reciente y debiera haber seguido mi método de lectura. Pero no fue así. Rebusqué en la biblioteca y, efectivamente ahí estaba “La danza de la gaviota”. La tenía por duplicado.
Incomprensiblemente no había tomado notas y se me había borrado de mi recuerdo su lectura. ¿Por qué?. Dejando aparte el tema del desgaste de las neuronas, no lo recordaba porque la novela me pasó desapercibida. No había dejado ningún poso, ninguna emoción, no me había sorprendido ni conmovido, ni nada. Pasó sin pena ni gloria. Por eso no me dí cuenta de mi error.
Creo que he leído casi todas las novelas de Andrea Camillero. Muchas me han gustado. Incluso me han gustado mucho. La mayoría de éstas pertenecen a la clase de libros que no tienen como protagonista a Montalbano. Pero algunas, bastantes, son de la serie del famoso Comisario.
Pero “La danza de la gaviota” me ha decepcionado porque no hay en ella la chispa que suelo encontrar en Camilleri.
¡Qué le vamos a hacer!.

Petirrojo

Jo Nesbo
RBA editores

Lo que dice la editorial sobre este libro


Petirrojo forma parte de las cinco novelas que Nesbø ha escrito sobre el investigador Harry Hole, un investigador a la altura del Kurt Wallander de Henning Mankell. En Petirrojo la trama da un salto del año 1944 al 2000 para demostrar, a través de una vibrante trama, que el en nazismo no pertenece al pasado…. Sino que sigue en el presente. Considerado el Raymond Chandler noruego es uno de los autores de novela negra europea que más libros vende. Desde que en 1997 publicó la primera novela de la serie del policía Harry Hole, se le ha aclamado como el mejor escritor policíaco de Noruega. Y, sin duda, es un referente de la última gran hornada de autores del género negro escandinavo. Ha ganado prácticamente todos los grandes premios, como el Glass Key Award, el Riverton Prize y el Norwegian Bookclub Prize.

Sinópsis : Todo empieza con una víctima incómoda. El inspector Harry Hole mata por error a un miembro de los servicios secretos americanos durante la visita oficial del presidente de Estados Unidos a Oslo. Para evitar un escándalo, Harry Hole asciende al puesto de inspector principal en el SSP, servicio de seguridad interior noruego. El descubrimiento de la introducción fraudulenta de un fusil muy raro en el país conduce al inspector hacia los actuales grupos de la extrema derecha noruega y a viejos nostálgicos considerado hasta entonces como traidores de la patria.

Mi comentario
Hace cosa de año y medio, antes de empezar a escribir este entretenimiento de blog, leí todas las novelas publicadas en castellano de Jo Nesbo. Me gustaron bastante, pero me olvidé de ellas. El problema de leer novela negra es que, salvo muy escasos y señalados libros, uno acaba mezclando en la memoria a detectives, asesinos y tramas. Eso es lo que me pasa con Jo Nesbo. Recuerdo que me gustó y nada más. Como no tomé notas en su momento, ahora me toca releerlo.
Una de las cosas que hay que agradecerle a Jo Nesbo es que haya elegido el nombre de Harry Hole para el protagonista de sus novelas. Los nombre noruegos ni son fáciles de pronunciar ni de recordar para los lectores latinos. El lio de los nombres y los "Flash back" a la Segunda Guerra Mundial hacen que el principio de la novela cueste un poco. Menos mal que pronto toma una velocidad de crucero y se lee con interés.
Jo Nesbo ha querido aquí tocar el espinoso tema del colaboracionismo con los ocupantes nazis en los países nórdicos. Como hemos visto en otras reseñas de escritores suecos o daneses éste es un tema latente en aquellas sociedades.
Me pregunto si el tema de la “División Azul” tiene parecida repercusión en la sociedad actual. Creo que he leído que se acaba de publicar una novela española sobre ello. Habrá que localizarla. 
En "Petirrojo" el conflicto se centra en la contradicción de una sociedad que trató a los voluntarios noruegos que iba a luchar con la SS como si fueran héroes y tras la guerra los tachó de traidores. El odio que ellos sintieron respecto a la familia real, que abandonó el país al inicio de la ocupación y regresó tras la llegada de los aliados, es el nudo de la novela.
Si la leen (y les recomiendo a hacerlo) pueden pensar que queda un cabo suelto. Un importante cabo suelto (no digo más para no chafarles el argumento) pero que se resuelve en la siguiente entrega: "Némesis". Para mí una de las mejores novelas negras escandinavas. Pero eso se verá en la próxima semana.


El insólito Peregrinaje de Harold Fly

Rachel Joyce
Salamandra

Contraportada


Una mañana cualquiera, Harold Fry sale de casa para echar una carta al buzón y responder a la misiva de Queenie Hennessy, una vieja amiga y compañera de trabajo quien, tras un silencio de casi veinte años, acaba de comunicarle que está ingresada en un hospital del norte a punto de morir de cáncer. Recién jubilado, Harold está lejos de imaginar que acaba de iniciar un viaje a pie de un extremo a otro del país. No lleva calzado ni ropa adecuada, ni siquiera un teléfono móvil, y mucho menos un mapa o una brújula. Sin embargo, cuando Harold se dispone a enviar la carta, un impulso repentino lo conmina a llevar él mismo el mensaje a su destinataria.

Mi comentario


“La gente salía a comprar leche o a llenar el depósito de gasolina, incluso a echar cartas al buzón, y lo que nadie más sabía era el terrible peso que cargaba dentro de sí, el esfuerzo sobrehumano que suponía a veces aparentar que se era normal y se formaba parte de cosas que parecían fáciles y cotidianas, la soledad que implicaba todo ello. “

Este pequeño párrafo explica claramente el drama en el que viven los protagonistas (y muchísima gente que no son invenciones literarias, sino personas reales) de esta maravillosa novela.

Supe de ella por casualidad. Una gran amiga del fondo de los tiempos es una gran lectora y, aunque muchas veces no coincidimos en gustos literarios, su sensibilidad es excelente y eso es de agradecer en estos tiempos. Al preguntarle sobre el último libro que le había gustado me citó este título y añadió “Lo acabo de terminar y voy a releerlo de nuevo”. No me explicó el porqué, pero supuse que le había gustado de una forma poco usual.

Yo llevaba leídos dos libros para la entrada de mi blog y tenía previsto empezar otro de los que figuran en la lista de “libros más vendidos de este mes”, pero sin demasiadas ganas porque el título me sonaba a literatura edulcorada. Soy diabético y me sientan mal estas novelas, así que busqué el libro recomendado por mi amiga y empecé a leer.
¡Qué malos son los prejuicios!. ¡Cómo pueden inducirnos fatalmente al error de perspectiva!. Por el título y la sinopsis pensé que estaba ante una novela del estilo de “Una historia verdadera” de David Linch. Ya saben: la historia de un anciano que sabe de la enfermedad de su hermano y recorre miles de kilómetros con un cortacésped para verlo antes de que muera. Y sí, efectivamente esta es una novela de un viaje largo, inusual e inesperado. Pero también es una novela de seres que la educación y, sobre todo el dolor del alma, ha convertido en personas que viven sin vivir. En cuerpos vacíos que se limitan a repetir diariamente los gestos y los hábitos estereotipados, sin mirarse, hablando con frases hechas y luchando por parecer “normales”. Por eso he destacado el párrafo al principio de esta reseña.
La historia de Harold Fly, su mujer Maureen, y su hijo David no tiene nada de espectacular. Harold es una persona acomodaticia, gris, que trata permanentemente de pasar desapercibido y rehuye cualquier confrontación. Incapaz de huir de sus miedos, se relaciona con los demás mediante fórmulas de buena educación que en realidad no quieren decir nada. Cualquier cosa que evite que el dolor que siente en su interior aflore al exterior. Su mujer, Maureen, expresa continuamente su desamor y su frustración por medio de su frialdad y rechazo ya que cree que Harold es el culpable del dolor que ella también siente en su interior. Y David es demasiado inteligente para soportar este mundo.
Cuando Harold decide iniciar su viaje a pié de más de 1.000 Kilómetros (Kingsbridge, la ciudad en donde viven, está en Devon, al sur, en la base de Inglaterra y Berwick-upon-Tweed está en la costa, muy al norte, a la altura de Edimburgo en Escocia) para darle un motivo para vivir a su amiga Queenie Hennessy, en realidad no sabe por qué lo hace. Calzado con unas náuticas (las únicas náuticas que he tenido siempre me rozaron los pies y veo que a Harold le pasaba lo mismo), sin ropa apropiada, sin brújula, sin mapas, con la única gasolina de su determinación en conseguir “no fallar esta vez” como lo había hecho con todos los que le rodearon a lo largo de su vida, empezando por sus padres y siguiendo con su familia y amigos. Aunque Harold descubre que no tuvo más amigos que Queenie Hennessy, a la que también falló.
Harold al empezar a caminar es una cáscara que contiene sólo dolor. A medida que avanza otra persona va creciendo en su interior como si su espíritu fuera expandiéndose y cambiando.
Lo que creía que era una fábula rayana en la autoayuda resultó ser un trabajo literario minucioso. Un cuadro desolador de una sociedad y unos seres rotos por dentro pero con el deseo de renacer.
El final del libro es espectacular e inesperado. Rompe cualquier prejuicio que hubiera podido pensar el lector al principio de la novela.
Busquen esta novela y léanla de un tirón. Sus personajes les acompañarán mucho tiempo en su mente.



Rachel Joyce fue durante años una reconocida actriz de teatro y de televisión, con papeles protagonistas en la Royal Shakespeare Company, el Royal National Theatre, la Royal Court y el Cheek by Jowl, antes de dedicarse a la escritura. Es autora de más de veinte obras dramáticas para Radio 4, la prestigiosa emisora de la BBC, y responsable de adaptaciones de grandes obras para Classic Series y Woman’s Hour. En 2007 ganó el Premio Tinniswood a la Mejor Obra de Teatro para Radio. El insólito peregrinaje de Harold Fry es su primera novela. Rachel Joyce vive en Gloucestershire con su marido y sus cuatro hijos.